No se le puede decir a una mujer de frente, yo soy apasionado, puesto que ella creerá que está intentando impresionarla y lo va a ver como una persona inferior, no le respetará y hasta puede perder la atracción que ella siente por usted de un segundo a otro; por lo que debe trasmitir sus virtudes mediante historias. Blanca no está en casa esta noche y Luna ni tan siquiera debe informarla de que quizás no vaya a dormir. Antes que pueda darse cuenta vuela en un taxi atravesando la capital de España mientras que Darío la besa en el asiento de atrás y le mete mano bajo la falda de cilindro. Los dedos de Darío son, como apuntaban, un genuino muestrario. Lo acepta desde el momento en el que nota uno de ellos separando la braguita a fin de que toda la palma la cubra por completo y acoja en su hueco la calentura que provoca en ella. Cada beso es como un bocado y cada caricia es más un acto de fuerza. Una fuerza que le agrada, que le excita. Resoplan en el asiento de atrás del turismo blanco mientras el taxista no puede dejar de mirarlos por el retrovisor. En un par de ocasiones la visión ha sido especialmente golosa. La mujer no sabe cerrar las piernas tanto como para que no haya comprobado el tono de su ropa interior. Y el hombre no deja de sobarle las tetas, buenas tetas por cierto. Veinte minutos después está en el salón de una casa desconocida por el camino de la Habana, en una finca señorial de esas en las que se ocultan familias de alta estirpe y banqueros cuyos nombres ya nadie recuerda. Pasa de las tres de la madrugada. El portero ni tan siquiera los ha mirado pese a haber alcanzado el elevador difícilmente enredándose el uno en los pies del otro, comiéndose la boca y metiéndose mano. De este modo atraviesan la puerta del piso de Darío, y a Luna se le antoja que entra en un palacio de manera sabia escondido en mitad de la gran urbe. La decoración es sorprendente, pero no dice nada. Enormes muebles de formas curvas y grandes dimensiones en torno a mesas de madera maciza, lámparas de lágrimas de cristal alumbran desde alturas imposibles de aguardar, formas sinuosas, grabados en las paredes de escenas de cortesanas con rocambolescos tocados embarcadas en escenas amatorias de fuerte impacto erótico. Luna no reconoce ninguno de los nombres que las firman: H. Biherstein, Jean Jacques Lequeu, Félicien Rops. Pero sabe que todos ellos habrían sido pasto de la fogata bajo los preceptos de la Santa Inquisición. Darío la retira del indiscreto museo en el que se abstrae arrastrándola con sus besos mientras que la música sagrada repiquetea con la misma intensidad que se escucharía si estuvieran en Notre Dame de París en un concierto. Es Stabat Mater de Pergolesi; lo distingue gracias a los años de sexo esporádico con un vienés ido por la música tradicional y por ella. No puede evitar sentir el pecador deseo de ser mancillada por ese ignoto que la conduce del salón al dormitorio. La sorpresa al entrar es mayúscula: en mitad de la estancia una descomunal cama sobre una estructura de madera con columnas retorcidas que sostienen un dosel. Espirales ascendientes labradas a mano que ascienden prácticamente hasta el techo, a más prácticamente 3 metros de distancia del suelo, actuando como soporte de la tabla maciza con la que cierra la cama. Sobre el jergón, sábanas de seda en color rojo carmesí que refulge con la misma intensidad que el mismísimo infierno, cubierta de multitud de cojines y almohadones de diferentes tamaños en exactamente la misma lona que las sábanas en todas y cada una de las tonalidades posibles de amarillentos y grises. En una de las paredes laterales de la habitación, un espéculo con marco dorado antiguo y de dimensiones exageradas. En el resto de las paredes grabados y cuadros muy similares a los que termina de ver en el salón. Semeja más un museo del erotismo que una cámara de descanso. Junto al cabecero, a los dos lados de la cama, 2 mesillas de madera con idénticas curvas que las columnas que sostienen el techo del trono amatorio. A lo largo y ancho de toda la habitación, multitud de candiles y quinqués, ciertos anclados a la pared dándole a muchos de esos grabados de mujeres y hombres desnudos la categoría de altares. Mientras se habitúa al escenario, enciende una a una todas las velas de diferentes tamaños. La luz tenue titila provocando sombras deformes, un tanto lúgubres pero asimismo horriblemente seductoras. Nunca había visto algo así, y muchas son las habitaciones que Luna ha visitado en los últimos veinticinco años. Es el dormitorio de un noble del siglo XVIII. De este modo imagina Luna la habitación de uno que cautivara, sometiera y ultrajara a las cortesanas de palacio.
El bondage o BDSM utilitario es uno de los que mayores satisfacciones puede reportar a los dos miembros de la pareja. Está ideado para iniciar al sumiso/a en algo para lo que tiene renuencias, como el sexo anal o bien quizá una sesión de spanking o simplemente comenzar a iniciarse en el universo BDSM. Acuéstese de lado en cama con las piernas cerradas y haga que se acueste detrás de usted de la misma manera. Entonces puede ingresar por detrás y usar empujes lentos y suaves a medida que aprietas los músculos del muslo y la PC para dar un ajuste todavía más firme. La proximidad de esta posición y el contacto de la piel con la piel ayudará a que ambos se activen. Este gran cambio en mi apariencia dilapidó mi confianza, pues pasé de ser un chaval mínimamente bonito y atractivo, a ser una persona mucho más apacible que no llamaba tanto la atención por mi falta de actitud. Caminando por la calle, comencé a sentirme prácticamente como un espectro, puesto que la gente evitaba mirarme, o bien me daba el asiento del colectivo con miedo de que los contagiase de alguna enfermedad extraña.
Cuando charlamos de masaje erótico hablamos de conceptos como sensualidad y relajación. El masaje erótico se efectúa por todo el cuerpo, asimismo, claro, por los genitales, y persigue un final al que de forma popular lleva por nombre final feliz y que podríamos resumir con dos palabras que, si bien no son lo mismo, acostumbran a concurrir en el tiempo: orgasmo y eyaculación. La seducción es un juego sicológico, no de belleza ni inteligencia. El juego de la seducción no lo gana el más guapo ni el más alto, lo gana el que sabe jugar mejor a este juego. Y esto es lo que deseo que aprendas.
Las formas de los huesos son: largos, planos y cortos
Llegado a la Gran Manzana, Gibson se hospedó en un lugar mítico: el Chelsea Hotel. Faltaban unos años para que Leonard Cohen pusiera el nombre de aquel hotel a una de sus más míticas canciones, mas ya era un lugar frecuentado por músicos, poetas, escritores, actores y actrices de menor fortuna y otros especímenes propios de la vida bohemia. En el equipaje de Ralph Gibson había dos cámaras Leica M6 y apenas 200 dólares. Esos datos forman, ya, parte del mito. Lo verdaderamente importante es que Gibson, con esas cámaras que todavía hoy le acompañan, se puso a la búsqueda de su propia forma de retratar y que esa busca dio sus frutos. Tenemos estos supuestos implícitos en nuestro subconsciente. Un hombre pone sus llaves sobre la mesa y tiene un llavero BMW. Alguien lo ve y inmediatamente se hacen suposiciones. Incluso si conduce un Toyota Terrell. Su llavero acaba de decir alguna prostituta que tiene el poder del dinero y, seguramente, el éxito con él a abrir la boca. De ahí que que el vestido es tan importante tratándose de ser la primera opción de las señoras. Este es ese instante, un momento de energía positiva, de valorar los logros logrados en común. Asimismo podéis aprovechar y festejar logros que hayáis logrado fuera de vuestra relación, como por ejemplo, los logros del trabajo, o bien aun si habéis logrado algo que se os resistía desde hace tiempo.
Entre las más usadas están
Existen bastantes personas abusando de esta nueva ocasión que nos ofrece la tecnología. Puede tratase tanto de juerguistas como de gente con malas intenciones. Esta es la razón por la cual hacer ciertos deberes antes de lanzarse a la labor es algo sumamente recomendable. No es una cosa pequeña, te lo aseguro. El estereotipo sexual ordinario de nuestra sociedad es bastante destructivo; hace que las mujeres que son fuertes o bien gordas o inteligentes o de otra forma diferentes se sientan como monstruos inmundos y también indeseables, crímenes contra la naturaleza. (Diré que la cultura dLa Dominación femeninageneralmente acepta estas desviaciones de la rubia enclenque, delgada y tonta que supuestamente es la belleza de nuestra cultura). Añadir Dominación femeninaa la lista puede hacer que te sientas como un monstruo total. Cuando y una mujer se sientan más cómodos después de conversaciones informales, tóquela si puede ofreciéndose a asistirla a estirar los músculos. Esto es, si estás haciendo ejercicio en el mismo gimnasio. Si le gusta el masaje, hazlo más con frecuencia. Sin embargo, no vayas demasiado rápido y trata de ver si está realmente interesada, a fin de que no te eche a perder. La primera manipulación se hace boca arriba y consiste en un masaje del tejido conjuntivo ubicado alrededor del tórax y el cuello, el cual se hace con la punta de los dedos y los nudillos, y que conseguirá liberar la tensión acumulada y separar las distintas capas de tejido.
Ya la conoces en vídeo, no dececpiona
Cyber Collar: esto iba a ocurrir y muchos jugadores de BDSM no están contentos con eso, el cyber collar. Es lo que internet ha forjado. Pero dado que paso unas 75 horas a la semana en Facebook, ¿quién soy yo para juzgar? El respeto por el sexo añade significado a nuestra existencia y relaciones humanas. Tratamos con reverencia aquellas cosas que amamos en nuestros corazones. Las actividades que gozamos nos dejan con ese sentimiento de logro y satisfacción y nos hacen sentir bien. El paso inicial, eminentemente preventivo, es el de averiguar de alguna manera si nuestra ex prosigue interesada, de alguna manera, en nosotros. ¿Cómo? Buscando sutilmente las más mínimas y leves pistas. Por ejemplo: ¿qué tipo de publicaciones pone en las redes sociales?, ¿qué comentarios hacen los amigos en común? De ahí puedes conseguir alguna pista. Si estas apuntan a la posibilidad real de recuperar a la ex, robustece tu autoestima ya antes de dar el primer paso. Si la autoestima siempre desempeña un rol esencial a la hora de seducir a una mujer, ésta es mucho más esencial cuando se quiere recuperar a la ex. Nuestra primera cita fue suavísima. La charla habitual, cena, descubrimiento. Nuestra segunda cita, la tuve con los ojos vendados, boca abajo en la cama, con las manos esposadas detrás de ella, un vibrador en el culo, 4 dedos en el coño, pulgar en el clítoris y un cinturón alrededor del cuello para estrangularla mientras que la follaba. Supongo que se podría decir que lo conseguimos.